lunes, 19 de noviembre de 2007

10 premisas básicas para una Educación sexual integral

Una educación sexual integral (ESI) debe contemplar 10 premisas esenciales. Ellas son:

1- La ESI debe contemplar de forma conjunta cuatro dimensiones de la persona (corporal, mental, social y espiritual), procurando dar respuesta en esas dimensiones según el doble filtro del interés del alumnado y la pertinencia de la información según la edad. Siendo lo primero, variable y lo segundo, progresivo.

2- Las investigaciones sobre educación sexual muestran que existen tres temas de interés del alumnado en relación a su sexualidad. Temas que varían en la profundidad y la especificidad según la edad del mismo. Ellos son: conocimientos sobre lo corporal; situaciones afectivas y relacionales; cuestiones relacionadas con una vida sexual activa.

3- La ESI tiene como objetivo primordial promover, favorecer y estimular la búsqueda de la salud sexual, que “se refiere a la experiencia del proceso permanente de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar armonioso personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción, enfermedad o deficiencia. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen”[1].

4- La ESI tiene objetivos específicos, de los cuales se deben desprender los lineamientos curriculares mínimos. Consideramos que los mismos son:
* Propiciar los valores que la sociedad considera indispensables para las interrelaciones que construyen su tejido social.
* Desarrollar aptitudes y actitudes que favorezcan el conocimiento y la aplicación de los derechos sexuales y reproductivos.
* Promover actitudes que reduzcan conductas de riesgo y que prevengan la violencia
* Fomentar condiciones para el diálogo como recurso esencial en la interrelación
* Estimular la búsqueda de la información sobre la sexualidad como una herramienta útil, favoreciendo, al mismo tiempo, actitudes para la aplicación efectiva de esos conocimientos adquiridos.
* Impulsar la diversidad como marco cultural.

5- La ESI conlleva la articulación efectiva de la educación con las otras áreas que deben promover la salud, proteger a las personas y estimular su desarrollo: salud, políticas públicas, seguridad ciudadana y derechos humanos.

6- La ESI sólo podrá completar su tarea en la medida que se fomente la transversalidad de los lineamientos curriculares en las otras materias.

7- Los contenidos curriculares mínimos se establecen por bloques temáticos. Se sugiere los siguientes bloques temáticos:

I. DEFINICION DE SEXUALIDAD (mostrar la diferencia entre sexo, sexualidad y género y promover la conciencia de esas diferencias y sus interrelaciones).
II. GENERO (construcción social de las diferencias. Dificultades sociales de los modos de expresión de la masculinidad y estereotipos femeninos, valores masculinos y femeninos en nuestra sociedad; diversidad).
III. DIVERSIDAD (lo cultural, lo interpersonal, construcción del disenso).
IV. INTERRELACIONAL: (modos de interrelacionarse, violencia en la vida cotidiana, prevención de la misma, habilidades para la comunicación).
V. LO SENTIMENTAL: (valores disponibles, expresión de sentimientos, educación sentimental de las personas).
VI. LOS DERECHOS (derechos sexuales y reproductivos; como hacer valerlos).
VII. LA SALUD (promoción de la salud integral de las personas. Situaciones de riesgo).

8- Se debe propiciar en cada bloque temático una metodología participativa, constructivista que fomente el desarrollo de:
a- lo cognitivo: información especifica sobre ESI.
b- lo actitudinal: fomento de actitudes positivas frente a los procesos interrelacionales.
c- lo crítico: desarrollo de conciencia crítica frente a las situaciones vivenciales de cada uno.
d- lo valorativo: desarrollo de características pro-activa sobre valores deseables en la sociedad.

9- La ESI es progresiva desde el inicio de la actividad escolar de los individuos. Esta tiene partes específicas: dialogo sobre temas relacionados con las dimensiones de la sexualidad mencionadas, con los sentimientos personales y con lo interrelacional. Se desarrolla, por lo tanto en tres espacios de acción, reflejados en al artículo 3 de la ley de ESI:
a- contenidos específicos: “conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados”
b- contenidos transversales: contenidos que procuren estimular, propiciar y mostrar “igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres”.
c- espacios de palabra: que ayuden a prevenir y actuar en los “problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular”.

10- La ESI debe ser dinámica y retroalimentable. Esto implica que los contenidos deben ser al mismo tiempo específicos y flexibles.
[1] OPS/OMS/WAS “Promoción de la salud Sexual. Recomendaciones para la acción. (2000), p. 9.

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