viernes, 23 de noviembre de 2007

Un día común una preocupación especial


Por las mariposas inolvidables, por su memoria y su decisión





El 25 de noviembre fue elegido como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La elección le cupo a los participantes en el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se llevó a cabo en Bogotá en 1981. Sin embargo, como siempre hubo que esperar un tiempo, 18 años, para que los demás comprendieran la importancia de esa elección. Recién en 1999, la Asamblea General de la ONU decide, a través de la resolución 54/134, que ese día sirviese para recordar y promover activamente la Eliminación de este tipo de violencia que, en palabras del antiguo secretario de la ONU, Kofi Anan, "es quizás la más vergonzosa violación de los derechos humanos. Mientras continúe, no podemos afirmar que estemos logrando progresos reales hacia la igualdad, el desarrollo y la paz”.
Este año parece que existen más razones públicas para reforzar nuestro compromiso con la idea central de este día. Efectivamente, en el último mes se han acumulado los casos de mujeres brutalmente muertas por el solo hecho de ser mujeres y no poder contar con un sistema de protección adecuado. No obstante, la sensibilidad que nos produce las muertes brutales no debe hacernos olvidar que la lucha es aún más grande, porque no sólo para evitar estas situaciones terribles, sino para evitar todo tipo de violencia, partiendo de la que aún es imperceptible.
Los casos dramáticos nos sacuden, nos movilizan y nos cuestionan, pero la batalla que debemos librar comienza antes, contra esas violencias que no se ven a simple vista; aquella que golpea, día a día, a tantas mujeres por un sistema vigente de imposición de restricciones y de una hegemonía de la discriminación. La lucha es contra la violencia que se sufre en silencio, tantas veces. La lucha es para que la palabra de las silenciadas se recupere completa y radicalmente.
Lamentablemente vivimos en un mundo que no ha encontrado solución a sus problemas de violencia. Un mundo que todavía no ha logrado conseguir aceptar el disenso como una norma eficaz y no explicita de convivencia; un mundo que ha desarrollado estrategias para eliminar, excluir, silenciar a los que poseen una sensibilidad, una opinión o un quehacer que molesta a los intereses de quien se cree superior.
Queremos que no haya violencia, eso deseamos en nuestros sueños y utopías. Sin dudas, desearíamos que en este mundo sea innecesaria la violencia y que se descarte, totalmente, su opción como posibilidad. Pero lo cierto, es que somos muy humanos y que como tal hemos aprendido a convivir con ella y a aceptarla como algo irremediablemente presente. Sin embargo, aún aspiramos a llegar a ese punto de la evolución donde ser humano implique el uso de la capacidad de dialogo como eje central de todos nuestros comportamientos.
Días como estos nos hacen recordar que nuestra humanidad todavía debe avanzar un poco mucho. Aún si tiene que hacer muchas cosas, hay una sola que desencadenaría el resto: la eliminación de la violencia contra la mujer. Efectivamente, eliminar esta violencia implicaría, necesaria e incuestionablemente, una nueva forma de concebir nuestro ser personas. El desafío estará en marcha en la medida que lo afrontemos como una cuestión vital. No habrá futuro posible sin que comprendamos que la violencia no hace más que frenarnos, llevarnos por caminos errados y hacernos perder una oportunidad histórica de hacer un salto en la evolución. El grillete de la violencia aún nos mantiene cautivos a todos y todas. Clamemos libertad: el camino de la paz nos está esperando.

lunes, 19 de noviembre de 2007

10 premisas básicas para una Educación sexual integral

Una educación sexual integral (ESI) debe contemplar 10 premisas esenciales. Ellas son:

1- La ESI debe contemplar de forma conjunta cuatro dimensiones de la persona (corporal, mental, social y espiritual), procurando dar respuesta en esas dimensiones según el doble filtro del interés del alumnado y la pertinencia de la información según la edad. Siendo lo primero, variable y lo segundo, progresivo.

2- Las investigaciones sobre educación sexual muestran que existen tres temas de interés del alumnado en relación a su sexualidad. Temas que varían en la profundidad y la especificidad según la edad del mismo. Ellos son: conocimientos sobre lo corporal; situaciones afectivas y relacionales; cuestiones relacionadas con una vida sexual activa.

3- La ESI tiene como objetivo primordial promover, favorecer y estimular la búsqueda de la salud sexual, que “se refiere a la experiencia del proceso permanente de bienestar físico, psicológico y sociocultural relacionado con la sexualidad. La salud sexual se observa en las expresiones libres y responsables de las capacidades sexuales que propician un bienestar armonioso personal y social, enriqueciendo de esta manera la vida individual y social. No se trata simplemente de la ausencia de disfunción, enfermedad o deficiencia. Para que la salud sexual se logre es necesario que los derechos sexuales de las personas se reconozcan y se garanticen”[1].

4- La ESI tiene objetivos específicos, de los cuales se deben desprender los lineamientos curriculares mínimos. Consideramos que los mismos son:
* Propiciar los valores que la sociedad considera indispensables para las interrelaciones que construyen su tejido social.
* Desarrollar aptitudes y actitudes que favorezcan el conocimiento y la aplicación de los derechos sexuales y reproductivos.
* Promover actitudes que reduzcan conductas de riesgo y que prevengan la violencia
* Fomentar condiciones para el diálogo como recurso esencial en la interrelación
* Estimular la búsqueda de la información sobre la sexualidad como una herramienta útil, favoreciendo, al mismo tiempo, actitudes para la aplicación efectiva de esos conocimientos adquiridos.
* Impulsar la diversidad como marco cultural.

5- La ESI conlleva la articulación efectiva de la educación con las otras áreas que deben promover la salud, proteger a las personas y estimular su desarrollo: salud, políticas públicas, seguridad ciudadana y derechos humanos.

6- La ESI sólo podrá completar su tarea en la medida que se fomente la transversalidad de los lineamientos curriculares en las otras materias.

7- Los contenidos curriculares mínimos se establecen por bloques temáticos. Se sugiere los siguientes bloques temáticos:

I. DEFINICION DE SEXUALIDAD (mostrar la diferencia entre sexo, sexualidad y género y promover la conciencia de esas diferencias y sus interrelaciones).
II. GENERO (construcción social de las diferencias. Dificultades sociales de los modos de expresión de la masculinidad y estereotipos femeninos, valores masculinos y femeninos en nuestra sociedad; diversidad).
III. DIVERSIDAD (lo cultural, lo interpersonal, construcción del disenso).
IV. INTERRELACIONAL: (modos de interrelacionarse, violencia en la vida cotidiana, prevención de la misma, habilidades para la comunicación).
V. LO SENTIMENTAL: (valores disponibles, expresión de sentimientos, educación sentimental de las personas).
VI. LOS DERECHOS (derechos sexuales y reproductivos; como hacer valerlos).
VII. LA SALUD (promoción de la salud integral de las personas. Situaciones de riesgo).

8- Se debe propiciar en cada bloque temático una metodología participativa, constructivista que fomente el desarrollo de:
a- lo cognitivo: información especifica sobre ESI.
b- lo actitudinal: fomento de actitudes positivas frente a los procesos interrelacionales.
c- lo crítico: desarrollo de conciencia crítica frente a las situaciones vivenciales de cada uno.
d- lo valorativo: desarrollo de características pro-activa sobre valores deseables en la sociedad.

9- La ESI es progresiva desde el inicio de la actividad escolar de los individuos. Esta tiene partes específicas: dialogo sobre temas relacionados con las dimensiones de la sexualidad mencionadas, con los sentimientos personales y con lo interrelacional. Se desarrolla, por lo tanto en tres espacios de acción, reflejados en al artículo 3 de la ley de ESI:
a- contenidos específicos: “conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados”
b- contenidos transversales: contenidos que procuren estimular, propiciar y mostrar “igualdad de trato y oportunidades para varones y mujeres”.
c- espacios de palabra: que ayuden a prevenir y actuar en los “problemas relacionados con la salud en general y la salud sexual y reproductiva en particular”.

10- La ESI debe ser dinámica y retroalimentable. Esto implica que los contenidos deben ser al mismo tiempo específicos y flexibles.
[1] OPS/OMS/WAS “Promoción de la salud Sexual. Recomendaciones para la acción. (2000), p. 9.